viernes, 13 de marzo de 2015

Debate: Garantismo vs. ¿Que Cosa?



“Las cárceles de la Nación serán sanas y limpia, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos mas allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice.”
Artículo 18, Constitución Nacional.

El surgimiento cíclico de debates que deberían estar saldados, motorizados por medios de prensa empeñados en encontrar “polémicas” situaciones que no deberían ameritar mayor debate, constituye un signo de época. Un signo inquietante, sin duda, pues es señal de un persistente empeño en poner en cuestión normas básicas que son garantías para todos los habitantes de este suelo.
El párrafo constitucional que encabeza este texto no fue redactado por La Cámpora, ni obedece a la afiebrada creatividad de ningún conciliábulo de juristas garantistas (por mencionar a algunas de las bestias negras que la prensa opositora suele agitar para espanto de las almas buenas). No, por el contrario integra el texto constitucional desde su primera sanción en 1853 y ha sobrevivido a todas sus reformas.
Forma parte, es claro, de aquellas parrafadas que los sectores de privilegio han visto siempre sin inquietarse (como la participación obrera en las ganancias o el derecho de todos a una vivienda digna), considerándolas meras declaraciones simpáticas, sin ejecutividad alguna.
Pero lo cierto es que existe, está vigente y es practicable.
Por lo tanto el hecho de que un condenado a prisión trabaje para una empresa privada lo convierte sin más en un trabajador alcanzado por todos los derechos y obligaciones emergentes de su condición. Y si es despedido, tendrá derecho a una indemnización igual a la que gozará cualquier laborante mas allá de los muros de la cárcel.
Por lo tanto, ¿es o debería ser noticia que un interno de un establecimiento penal inicie las acciones conducentes a resguardar sus derechos, al ser objeto de un despido sin causa? Me parece que no debería. Y si lo fuera, sería para dar cuenta del hecho positivo que constituye la posibilidad de que los presos pasen sus horas haciendo algo útil, hipotéticamente favorable a su resocialización, y no perfeccionándose en ese posgrado del delito que son las prisiones cuando no tienen otro horizonte que el de las horas muertas.
La edición del jueves 12 del Clarín no solo nos informa de la “polémica” situación, sino que se enriquece con dos opiniones. Una la de un jurista que sin mayor esfuerzo señala lo elemental del derecho del detenido a reclamar lo que como trabajador le corresponda. La otra nos permite sumergirnos en un abigarrado racimo de prejuicios, odios y confusiones de una señora que pertenece a algo llamado Usina de Justicia (usina que demuestra tener atascado el generador). Si bien la nota no lo aclara, dicha señora, que es filósofa, ha padecido la muerte violenta de un hijo a manos de un delincuente. Hecho que la hace sin duda digna de la solidaridad que merece quién tan inabarcable dolor sufre. Pero que no la califica per se para condenar, en nombre de ese dolor, a normas que merecen un abordaje mas serio que el deseo de venganza.
¿Cuál sería, en fin, el derecho contrapuesto al que ejerce quién pide, estando preso, que lo indemnicen por un despido? ¿Quizás el de ejercer el esclavismo sin cortapisas?  Por que está claro que el que fabrica determinado producto con el concurso de presidiarios, lo comercializará obteniendo una ganancia que se maximizaría injustamente, en detrimento de sus competidores que no utilizan tal mano de obra, si tuviera prerrogativas y obligaciones distintas a ellos. Ya que nada lo obliga a contratar a detenidos como trabajadores, si lo hace  no debería obtener otros beneficios que los que la ley y las circunstancias de hecho le otorguen.
Al fin, el castigo que corresponde a los internos de las penitenciarías es, precisamente, encontrarse allí, privados de su libertad ambulatoria con todas las consecuencias psíquicas, afectivas, económicas y sociales que tal circunstancia conlleva.. El condenado a pena privativa de la libertad que trabaja lo hace en un régimen especial, lo que entre otras cosas conlleva que parte de sus ingresos se destinen a reparaciones del daño causado, a los costos que al sistema carcelario su alojamiento ocasiona y a la formación de un fondo del que podrá disponer al recuperar la libertad. El ejercicio del derecho a trabajar y a ser remunerado no implica un juicio de valor que minimice el acto que lo llevó a la cárcel, que puede ser execrable, como justamente es el caso que nos ocupa, en el que el presidiario es un homicida condenado a prisión perpetua. Pero no es un "muerto civil", reducido a la categoría de cosa, ni pasible a ser considerado, en el caso en cuestión, mano de obra esclava
Claro que aquellos que sinceramente creen que la cárcel es, y debe ser, un lugar de castigo, de venganza colectiva contra los que delinquen, no podrán detenerse en nimiedades tales como el texto constitucional, y el conjunto normativo que de él se deriva, a la hora de empuñar su flamígera espada vengadora.
Y entonces, como en la nota de marras, se aludirá a “derechos humanos travestidos”, se entenderá la ampliación de derechos como una bufonada y se hablará del riesgo social por el que atraviesa nuestro “país de fantasía”.
Está claro que en la prensa opositora es bienvenido todo aquel que llegue con descalificaciones puntuales o generales a la gestión iniciada en 2003. Así que las confusas alegaciones de alguien al que el dolor no ha hecho mejor, reciben y recibirán buena acogida.
Aún cuando la polémica en ciernes, solo sea posible con una visión distorsionada y cruel de lo que es justo.




sábado, 3 de agosto de 2013

¿Perdón?



El mamporro mediático aplicado el martes pasado por Beatriz Sarlo a Gabriela Michetti en La Nación ha alcanzado trascendencia no solo por bien escrito, sino por la identidad de su destinataria.
Decir que Michetti está poco acostumbrada a estos trances que para cualquier político kirchnerista forma parte de la vida cotidiana, es decir poco.
En realidad la sonrosada epidermis de Gaby era virgen al castigo, y al primer chirlo se puso violeta. Ello es un efecto secundario, pero inevitable, de la coraza mediática que protege a todos y cada una de las "esperanzas blancas" de los medios hegemónicos, que solo reciben asentimientos acríticos de sus entrevistadores desde hace años, con la sola condición de mostrarse ferozmente adversos  al proyecto que hoy encarna Cristina Kirchner.
Es previsible entonces que cuando una pluma como la de Sarlo se acuerda de revolear un sopapo para ese lado, cunda el pánico. Son, los políticos opositores, como aquella tararira del cuento de Jauretche que se ahogó cuando se cayó en el agua, desacostumbrada a su elemento natural de tanto vivir en una realidad ajena a su mundo. El elemento natural del dirigente político debería ser el debate, la polémica, el intercambio de ideas, partiendo de la aceptación de una sociedad inserta en una realidad polifacética y que no admite lecturas únicas. Pero tanto fantasear con la política cool, de una sociedad sin conflictos genuinos, con diferencias fogoneadas por perversos que "quieren dividirnos" termina generando figuras tan gelatinosas como la de la niña mimada PRO.
¿Y como reacciona entonces esa dirigencia ante una crítica? Pues en el caso de Michetti con la furia propia de la víctima del "fuego amigo", que en una amable tenida en su hogar, en el cálido entorno de periodistas amigos, aclaró que las autoridades de La Nación ya la llamaron para disculparse. ¿Perdón? Si, para disculparse, dando al episodio la connotación del "sorry" que la señora del country da a su invitada porque la mucama la manchó al servirle el sorbet con frutos rojos.
¿De que diablos debería disculparse un medio de prensa por publicar una crítica a un político? ¿Alcanzaría el Muro de los Lamentos si Cristina y la dirigencia oficialista requiriera disculpas cada vez que la bombardean con acusaciones que exceden frecuentemente no solo la crítica política, sino también el buen gusto y la decencia? ¿Qué escándalo se armaría si un dirigente kirchnerista no ya obtuviera, sino siquiera pidiera una explicación por una nota crítica? ¿No sería visto ello como un nuevo ataque K a la libertad de expresión? Pero como lo dijo Gaby, no pasa nada.
Tanto ha desnaturalizado la vida política argentina el pacto entre los dueños de Papel Prensa y la derecha nativa que bastó que por una vez la veterana comentadora a sueldo de los descendientes de Mitre se acordara de que tiene dos manos para que le pidan explicaciones (y conste que no la acusó de ningún delito, apenas de ser inepta).
No debemos temer por Sarlo, cuyo recreo terminó, y volverá a su lugar entre los coreutas del desastre.
Si en cambio por el destino de este país si cayera en manos de quienes pretenden solucionar las críticas que les formulan por la misma vía que usó Menem con el Grupo Clarín cuando lo molestaron algunos comentarios de Liliana López Foresi: arreglando con los dueños del medio el despido al cuestionador.
Todo ello ante el amable silencio de ADEPA y todo el empresariado periodístico siempre dispuesto a entender la libertad de prensa como su libertad de empresa.

martes, 18 de mayo de 2010

Patologías Sociales




Hay pliegues de la sociedad argentina que resultan difíciles de entender. Contradicciones tan flagrantes que parecen ser materia ya no de la politología o de la sociología, sino quizás de la psiquiatría.

Lo digo a propósito de la marcha pública en General Villegas, que ya tuvo un bis, en apoyo a esos tres señores, mayores de edad, que se solazaron filmando sus conjuntas escaramuzas sexuales con una menor de 14 años.

Y que ahora afrontan la posibilidad de una larga condena penal, de la que sus familiares, amigos y favorecedores los defienden alegando acerca de la inmoralidad y vida disipada de una piba casi niña quién, a tenor de ese relato, termina siendo la culpable de la desgracia "que cae sobre tres familias".

El video lleva varios meses circulando en una comunidad pequeña, que no podía ignorar la edad de esta chica, cuyo consentimiento eventual no puede ser tomado como atenuante de la conducta de los mayores, sino como exhibición de sus carencias afectivas y formativas, que sólo permiten reafirmar su condición de víctima.

Hoy Gral. Villegas puede ser considerado un espejo ingrato en donde mirarnos, el mismo en el que se reflejan un abusador de menores, librado de la cárcel por tecnicismos legales, convertido en imagen del porteño piola, vendedor de "bambifrases", abonado a entrevistas condescendientes donde jamás se le pregunta lo que habría que preguntarle, e imagen institucional de Cablevisión en su campaña publicitaria mundialista. Un ganador el Bambino Veira. El mismo que tuvo acceso carnal con un menor de 13 años.

El mismo espejo en el que se refleja el mediático sacerdote que abusando de su situación de poder, y del respeto que inspiraba en menores necesitados de alimento material y espiritual, les arruinó sus vidas a cambió de su propia y baja satisfacción. Cura Grassi que tuvo también sus marchas de apoyo y su Portal indignado acusando a las víctimas de ser victimarios.

El mismo extraño espejo que refleja a una sociedad en la que la mas reconocida autoridad en materia de pedofilia, en su abordaje terapéutico, termina preso por abusador de menores, como ocurrió con Jorge Corsi, sin generar entre sus pares las condenas al menos morales que tal conducta exigiría. Y sin que sus vecinos de la calle Paraguay y Guise terminen de entender porque si está beneficiado por prisión domiciliaria, se lo ve aún pasear por las calles del barrio e ingresar acompañado de jovencitos a su departamento.

Digo, es la misma sociedad en la que en el mismo ámbito, y a veces en la misma persona, conviven la idea de la pena de muerte como solución para terminar con los violadores, y la admiración por el violador lo suficientemente ingenioso o poderoso como para escapar de su condena.

lunes, 17 de mayo de 2010

Huir Hacia Adelante


A diferencia del común de los mortales, un personaje con el poder y las aspiraciones de Mauricio Macri, asume un auto de procesamiento dictado en su contra, por lo menos públicamente, con un desenfado y un optimismo propio del que se siente muy seguro. No queda claro, al menos por ahora, si esa seguridad proviene de la convicción de que es inocente, o de la certeza en que puede garantizarse su propia impunidad.


La lógica mediática de Macri, no tanto en su condición de Jefe de Gobierno de la Ciudad, sino mas bien en la de candidato presidencial, exige cierta sobreactuación ante la noticia, tanto para descalificar al juez Oyarbide, como para comunicar su certeza de que todo no es mas que una maniobra K. La victimización le cae bien a quién ha hecho de ella una herramienta de construcción política, facilitada por la benevolencia mediática y de colegas opositores.


Claro que esa lógica no es la que el sentido común impondría a un ciudadano imputado de delitos muy graves. En ese tono, el anuncio de un pedido de juicio político a Oyarbide parece hacer agua en un eje fundamental: todavía no está siquiera someramente probado que la decisión del juez adolezca de arbitrariedades, sea manifiestamente injusta o responda a intereses espurios. Ni siquiera han sido dados a conocer los fundamentos del auto de procesamiento, por lo que el anuncio de Macri debe ser entendido en el marco de su estrategia defensiva, no ya en el ámbito procesal, sino en el mediático, en el de la opinión pública, que sin duda es trascendente en un caso como este.


El tema sería llegar a los sectores de la opinión pública para los que, sin necesidad de prueba en contrario, toda decisión judicial que se tome contra un opositor, es fruto de una pérfida maniobra kirchnerista. En la otra vereda están los que creen que cualquier imputación formulada a Mauricio Macri adquiere veracidad mientras no se pruebe lo contrario.


La justicia, que en el ámbito penal busca la dilucidación de la verdad real, no parece tener mucho espacio en tal escenario.


¿Y el juez? Oyarbide es un caso especial, sin la linealidad genuflexa que caracterizó a la justicia menemista, este magistrado parece tener visajes que impiden su clasificación en el ámbito de los operadores oficialistas, o de los que instalan comités opositores en su despacho (al estilo Pura de Arrabal). El mismo juez que procesa al opositor Macri hace lo propio con el ex funcionario kirchnerista Ricardo Jaime. El mismo que sobreseyó a Kirchner en la causa por enriquecimiento ilícito tiene preso a Zanola en la investigación de los medicamentos truchos. Parece ser que Oyarbide tiene juego propio y baquía probada en el arte de ejercer su función en las ligas mayores, y sobrevivir para contarlo.


Volviendo a Macri la elección de la táctica victimizante resulta obvia, aunque el menú de opciones no parece muy amplio y se puede estrechar si la Cámara confirma el procesamiento. Aunque los méritos de la justicia no debieran medirse por kilo, doscientas fojas de considerandos a la firma de Oyarbide, en la que figuran con pelos y señales las escuchas organizadas y operadas por el Fino y Ciro James contra, entre otros, el cuñado de Mauricio no se rebaten fácilmente, o por lo menos no únicamente, recurriendo a actos de campaña y expresiones compungidas de Gabriela Michetti.


La victimización tiene otro costado que merece analizarse: ¿Es realmente conveniente para el proyecto kirchnerista sacar de carrera a Macri? Aclaremos que sacarlo de cualquier manera es malo sin mas, y un Macri sobreviviente a este episodio, con la aureola de víctima bien instalada, sería mas peligroso que el Macri anterior al episodio. Del mismo modo, un candidato opositor sorprendido in fraganti delito, o poco menos, nunca le viene mal a ningún líder oficialista.


Pero la hipótesis aquí es otra: supongamos que el oficialismo tiene en sus manos la ocasión y los medios para destruir la carrera política de Mauricio Macri, sin costos políticos importantes. ¿Es aún ello conveniente? Planteo la pregunta porque a mi me parece que no.


Con miras al 2011 el escenario mas interesante para lograr la victoria electoral, tiene que ver con la mayor ampliación de la base de sustentación propia, por un lado, y con la mayor dispersión posible de la ajena. El radicalismo ha de tener un candidato que muy probablemente será Judas C. Cobos, aunque no se puede descartar de plano la idea de que el felón cuyano deba recurrir a una estructura alternativa, y otro sea el aspirante de la UCR. Elisa Carrió ha de reiterar su personaje en campaña, Pino Solanas también. ¿Y la derecha pura?. Esa que se denomina de centro, y que debe descartar al colombiano De Narváez por razones constitucionales. Si se queda también sin Macri sólo le quedarán presidenciables en el ámbito del PJ: ¿Duhalde? ¿Solá? No parece haber otros nombres, pues Reutemann reiterará sus dudas, que quizás las veladas insinuaciones de su ex esposa Mimicha Bobbio potencian y la estrategia de hombres como los Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero no está vinculada hoy con una victoria propia, que con realismo descartan, sino con una derrota kirchnerista a manos de Cobos, que sería luego una perita en dulce en sus fauces. Si Duhalde y Solá son vencidos en las primarias, o desertan antes, lo mas probable es que se sumen a la estrategia de sus pares del serpentario "federal".


En síntesis: la de Macri es la candidatura que le va quedando en pie a la derecha no peronista, y su salida de la cancha, engrosaría las posibilidades de voto "útil" al inútil de Cobos. Concentración del voto opositor, lo último que el kirchnerismo necesita con miras a la primera vuelta del 2011.

Macri sabe que no tiene plan B, y que lo suyo se define en el 2011. Sin estructura pejotista a mano, no puede especular con ser el beneficiario de un triunfo cobista con destino de helicóptero. No se bajará entonces de su candidatura, si no es para encaminarse a Devoto.


Ignoro si este análisis se hace en esferas oficiales, pero me parece claro que si de jugadas estratégicas se trata, lo mas conveniente es dejar a Macri lidiando con su escatológica gestión, escasa vidriera para exhibir logros que lo fortalezcan como candidato presidencial.


Es a tono con ese análisis que no veo una mano negra detrás del procesamiento a MM. Quizás su propia torpeza, de la que ya ha dado inequívocas muestras, lo hayan llevado a este escenario, en el que sólo le queda huir hacia adelante.

martes, 4 de mayo de 2010

Los Mundos Paralelos

En la jornada durante la cual Néstor Kirchner ha sido elegido sin oposiciones para ejercer la máxima investidura de UNASUR, parece necesario hacer referencia a la aparente existencia de dos mundos paralelos por los que discurre la realidad.
Uno de esos mundos podría quedar patentizado en aquel artículo de Joaquín Morales Solá publicado en La Nación inmediatamente después de la sanción de la ley mediante la cual el sistema jubilatorio argentino volvió a estar en manos de los argentinos, y sobre todo en su título: Una Despedida del Mundo. Allí el autor la emprendía con furia patriótica (aunque de patria imprecisable, al fin luce condecoraciones francesas, italianas e hispanas, que no argentinas) e indignación republicana (de Fuerza Republicana, entiéndase), considerando esa decisión soberana del estado argentino como merecedora de una tarjeta roja en los ámbitos internacionales: "Argentina, en efecto, se despidió del mundo por mucho tiempo porque rompió cualquier noción de reglas del juego previsibles y desconoció el derecho a la propiedad."
Cuando en 1949 el Reino Unido declaró la inconvertibilidad de la libra, dejando a nuestro país, hasta ese día titular de extraordinarias acreencias respecto a los ingleses, en la misma condición del peón al que se le paga con vales sólo canjeables en el almacén del patrón, podría presumirse siguiendo a este escriba, que el mundo dejó afuera por mucho tiempo a los británicos, pues su estado "rompió cualquier noción de reglas del juego previsibles y desconoció el derecho a la propiedad". Por supuesto que no. Inglaterra entonces y Argentina hoy, hacen lo que mejor conviene a sus intereses, y lo llevan adelante en la medida en que tienen capacidad y decisión para ejercer su soberanía.
Esa decisión soberana, que es una de las características del gobierno argentino desde 2003 genera inevitablemente el disgusto de los que estaban mucho mas cómodos con el sometimiento a los dictados de poderes supranacionales que caractertizó por muchos años, demasiados, a nuestros gobiernos.
De ahí ese afán de ubicar a la Argentina de la gestión kirchnerista en los arrabales del sistema internacional.
Mientras, hay otro mundo en el que pasan cosas con mas carnadura que la de editoriales coléricos y programas televisivos escandalizados. Es que salvo que se sostenga ahora que la totalidad de los mandatarios sudamericanos son un conjunto de necios, que cometen la imprudencia de no leer las columnas de opinión de Clarín y La Nación antes de tomar decisiones, parece evidente que ellos han visto en Néstor Kirchner un estadista con la suficiente capacidad para ejercer una trascendente tarea de común interés, difícil de poner en manos en esa extraña mezcla de dictador, ladrón, perseguidor de la prensa libre y desfalcador serial que resultaría de la descripción de quienes adscriben a la realidad paralela.
Y de sostenerse que efectivamente Sudamérica ha perdido el rumbo, pese a la para nada populista presencia de Colombia, Perú y Chile, con mandatarios insospechables de hacerle concesiones a Kirchner por razones ideológicas, habría que preguntarse por que descuido y falta de tino de las primeras potencias mundiales, Cristina Fernández de Kirchner ha participado con voz y voto de todas las cumbres de líderes mundiales, desde el G-20 a la recientemente convocada por Barack Obama. Y quizás resultara también necesario averiguar en mérito a que trágica distracción el mundo de las finanzas internacionales acoge con interés el nuevo canje de deuda de nuestro país, cuya concreción parece correr mayores dificultades en el ámbito parlamentario propio que en los mercados internacionales.
Vendrá ahora el momento en que los grandes medios dedicarán trabajosos análisis a detectar que todo esto es igual muy malo para el país y para anunciar las próximas catástrofes que asolarán a nuestra patria.
Continuarán los dirigentes políticos opositores con su tarea patriótica (de patria igualmente imprecisable) consistente en trabar todo, bloquear todo, oponerse a todo, y si cuadra, darle letra a las potencias extranjeras (como hace el nuevo interlocutor de los fondos buitres, el indescriptible Pino Solanas).
Mientras, en el mundo real, habrá que seguir remándola. Con los aciertos estratégicos y con los errores no forzados que han caracterizado la praxis de este proyecto desde el inicio.
Y desde hoy, con un logro mas.
Néstor Kirchner, el candidato imposible del establishment periodístico argentino, ya es Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Hemeroteca Nacional: Cambio de Discriminador


El director de la Biblioteca Nacional, e integrante de Carta Abierta, Horacio González nos anoticia acerca de la decisión tomada de cambiar el nombre de la Hemeroteca de la institución, denominada Gustavo Martínez Zuviría en homenaje a quién fuera durante un cuarto de siglo antecesor de González en el cargo, respondiendo al reclamado formulado durante 5 años "por parte de numerosas instituciones y personas".



Mas allá de sus dotes como bibliófilo y bibliotecario, lo que se cuestiona al escritor Martínez Zuviría, que escribía con el seudónimo de Hugo Wast, es su perfil no ya reaccionario, sino decididamente antijudío, lo que quedó reflejado en algunas de las novelas de su prolífica producción, tales como Kahal y Oro, que parecen inspiradas directamente en la lectura de Los Protocolos de los Sabios de Sión.



Si no un mérito, por lo menos una curiosidad de la pervivencia hasta ahora de Martínez Zuviría en el nomenclador de tan prestigiosa institución, es que su nombre durara tanto en un ámbito tradicionalmente dominado por el establishment cultural argentino, de características liberales, en el que no sorprende encontrar a Groussac y a Borges, a Victoria Ocampo y Bioy Casares, pero sí a él.



Sie embargo, a poco que reflexionemos, advertiremos que el nacionalismo sin pueblo, que de tanto rescatar raíces hispanas parece terminar lamentando el 25 de mayo de 1810, y que de tan antibritánico terminó proponiendo un cambio de amo durante la 2da. Guerra Mundial, tiene un claro punto de contacto con los cultores del Olimpo liberal: su aversión a la democracia popular, al nacionalismo entendido como expresión del pueblo.



Pero estas líneas no están destinadas, en realidad, a reflexionar sobre la figura del filonazi ahora depuesto, sino sobre su sucesor.



Es que Horacio González informa que el nombre elegido para rebautizar a la Sala de lectura de la Hemeroteca es el de Ezequiel Martínez Estrada. Autor de libros que aún se citan, pero que ya no se leen, como Radiografía de La Pampa, La Cabeza de Goliath, ¿Que es Esto?, y numerosos mas, hay un rasgo de su producción y, sin duda, de su análisis a la realidad, que es oportuno destacar: su visceral antiperonismo.



Una pequeña muestra, en el marco de su prolífica pluma bastará para saber de que hablamos:



Sobre Perón: "En la figura de Perón y en lo que él representó y sigue representando, he creído ver personalizados si no todos, la mayoría de los males difusos y proteicos que aquejan a mi país desde antes de su nacimiento." (...) "Nada de extraño, pues, que como Lutero en Wittenberg arroje yo mi tintero contra su sombra en la pared. Se comprende que por mucho daño que haya padecido yo en porción multimillónesima, el daño que sus tropelías han causado a mi país y a mi pueblo son infinitamente mayores."



Sobre Evita: "Ella era una sublimación de lo torpe, ruin, abyecto, informe, vengativo, ofídico; y el pueblo vió que encarnaba atributos de dioses infernales. Su resentimiento contra el género humano, propio de una actriz de terceros papeles, se conformó con descargarse contra un objetivo concreto: la oligarquía y el público de los teatros céntricos." (en Revista Todo es Historia, junio de 1968)



Sobre el Pueblo el 17 de Octubre: "era un sector numeroso del pueblo, el de los resentidos, el de los irrespetuosos, individuos sin nobleza...turba...populacho...horda...recogida con minuciosidad de hurgador en los tachos de basura, residuos sociales...hez de nuestra sociedad...pueblo miserable de descamisados y grasitas, desdichado pueblo que ha perdido el respeto...nuevo tipo étnico de cabecitas negras y peloduro." (En ¿Que es Esto?, 1956).



Aunque estas líneas citadas sugieren que Horacio González reemplaza la discriminación antijudía por la discriminación al criollo, lo que me parece mal es que se desaproveche la ocasión de salir de la lógica tradicional en la cultura oficial argentina, de rendir tributo al pensamiento colonizado, sea este de izquierda o de derecha. Hombres de la cultura, con signo nacional no faltan. Lo que falta es acordarse de ellos.



Sin embargo de todo esto se puede rescatar que en épocas en las que los sectores de oposición gustan de divulgar fábulas referidas al autoritarismo oficial, por decir poco, o a las livianas e irresponsables comparaciones con todo género de dictaduras, desde Ceausescu a Hitler, el campo popular sigue poniendo la otra mejilla, homenajeando a quienes lo agravian.

domingo, 2 de mayo de 2010

Clase Media, Otra Vez

En Página 12 de hoy, José Natanson (aquí) reflexiona sobre el aparente abandono de toda estrategia, por parte del kirchnerismo, para seducir a la clase media.

A partir de un par de encuestas a las que referencia (y a la sensación térmica, podría agregarse) ubica nuevamente al proyecto oficial en condiciones de dar pelea con posibilidades para las presidenciales del año próximo, pero apunta al talón de aquiles estratégico, esto es la ausencia de intentos de acercamiento con los sectores medios.

A este interesante análisis le falta, quizás, una mirada acerca de algunos acontecimientos recientes que podrían ser útiles para sacar conclusiones. Es que en el mes que acaba de terminar probablemente la movilización mas importante en apoyo de políticas oficiales, como lo fue la marcha del Congreso al Palacio de Justicia en defensa de la vigencia de la Ley de Medios Audiovisuales, tuvo un componente casi hegemónico de clase media, incluida la presencia gremial, compuesta por sectores del mundo del trabajo también identificables con ella.

De menor magnitud, pero significativas por su componente espontáneo son las movilizaciones registradas en la Ciudad de Buenos Aires y en varias de las provincias, a partir del Facebook de 6 7 8 (aclarado que cuando digo espontáneas no se me escapa que precisamente esa red social sirvió para organizarlas, pero no a través de la impronta de aparatos políticos o sindicales, sino a partir de la voluntad participativa de elementos no encuadrados).

Justamente la complejidad del colectivo social denominado "clase media" al que hace referencia Natanson, implica también que quizás no sea posible (ni deseable) desarrollar UNA política determinada para atraer/conquistar/recuperar sus votos.

Ni Perón en sus dos primeros gobiernos, ni Menem en los '90 consiguieron ni necesitaron para ganar elecciones el apoyo mayoritario de la clase media. Pero es indudable que ambos proyectos, tan disímiles, supieron atraerse a una fracción suficiente de la misma como para que, sumados a los sectores que les eran propicios, obtuvieran cómodas mayorías electorales.

La divisoria que quizás corresponda en este caso se parece mas a la del primer peronismo, que contó con el favor hegemónico de la clase trabajadora y la tirria incesante de las clases altas, que al proceso menemista donde hubo una alianza fáctica entre sectores desposeídos y acomodados que previsiblemente terminó profundizando la exclusión y el abismo interclases.

Sin los recursos del primer peronismo, ni los dotes y aptitudes para el liderazgo del fundador del Movimiento, cuentan sin embargo con algunas similitudes y ventajas comparativas que a la hora de los fríos números pueden ser decisivos. Conste que no me refiero a un análisis de la gestión, que en líneas generales ha favorecido mucho mas que cualquier otra desde 1983 a la clase media, sino a lo que tiene que ver con el proceso electoral que mas temprano que tarde se pondrá en marcha: entre las similitudes, la carencia de figuras de brillo y capacidad convocante en la oposición, cada mes mas parecida en lo cerril e irreflexiva a la enfrentada en los '40 por Perón. En el rubro ventajas hay que considerar al sistema electoral: en 1946 y relativamente en 1952 el peronismo debía obtener el 50% de los votos para ganar, ante la concentración de la oposición detrás de una fórmula unificada. Ello no ocurrirá ahora (salvo que a la oposición logre imponérselo la alianza de poderes fácticos que la empuja sin mucho disimulo). Además ahora con el 40% y 10 % de ventaja, o bien el 45% de los votos se evita la segunda vuelta. Ambas posibilidades, pero sobre todo la primera deben estar en el horizonte estratégico del oficialismo.

Y para ello no es necesario conseguir el apoyo de "la clase media" sino que debería ser suficiente atraerse a los mas concientes de la realidad que existe mas allá de los títulos catastróficos del Grupo Clarín y su lacayaje, las mas dotados de memoria para recordar como les fue con radicales, liberales y peronistas "federales", los mas sensibles a la realidad social, los desilusionados con los devaneos derechosos de Proyecto Sur. En fin, con aquellos que quizás prefieran callar en la reunión familiar o en el trabajo a la hora de crucificar a "la yegua" o al tuerto, pero que en el cuarto oscuro decidan no hipotecar su futuro en manos de los que ya se lo robaron mas de una vez. Algo parecido a lo que ocurría con el voto menemista vergonzante, aunque esta vez por razones virtuosas.