Además de golpistas, torpes. Aunque esa torpeza no excusa en absoluta la actitud criminal que han sostenido y en la que, en la medida en que puedan, persistirán. Pero si sirve para caracterizar a Eduardo Buzzi y a Alfredo De Angelis, dos personajes a los que sin ninguna pretensión de originalidad, desde este blog ya han sido caracterizados de preservativos (forros, para hacer honor a la frase que encabeza este blog y que excluye la pacatería de la corrección política). Simples instrumentos de quienes los utilizaron por su capacidad de poner mano de obra gratis en los cortes ruteros que caracterizaron la agresión agropatronal a la democracia, y para darle cierta visibilidad popular a un movimiento que desde sus origenes se gestó como defensa de los privilegios del capital concentrado. El grotesco final de la "lucha" de los pequeños y medianos salames que descubren que con la 125 que ayudaron a voltear estarían mejor que ahora dibuja también la espesura que como dirigentes tienen estos dos sujetos.
Una cosa era De Angelis subido a la caja de la camioneta en Gualeguaychú haciendo el papel del humilde productor rural que la prensa le amplificó gratis, convirtiéndolo en un ícono de la clase media lemming que supimos conseguir, y otra es este intento de convertirlo en un opositor todoterreno, que sale ahora a oponerse con renovados modos patoteriles al Presupuesto 2009 y a la sanción del nuevo régimen previsional. El silencio de cacerola que reina en el país demuestra que aún para los espíritus mas simples esta repetición de la misma película ya no alcanza, y que la desesperada búsqueda de los banqueros de las AFJP de una figura tragable para defender su rapiña no encontro el intérprete adecuado.
En cuanto a Buzzi, su declaración, de una torpeza indecible en el dirigente ruralista mas experimentado políticamente de los que enfrenta al gobierno, es el equivalente a la de un mago que exhibe las palomas que trae en la galera antes de hacer su número. Por supuesto que el desgaste del gobierno, a como de lugar, es y seguirá siendo el objetivo de los poderes fácticos a los que les molesta que les vengan a discutir su preeminencia. Pero como quedó en evidencia desde el comienzo de la ofensiva en marzo, negar en público toda connotación que excediera lo sectorial parecía un requisito indispensable para hacer quedar a los Kirchner como dos intolerantes, y a sus desestabilizadores como sencillos ciudadanos defendiendo derechos conculcados. Buzzi cometió una torpeza que lo pone en evidencia aún ante antiguos aliados a los que les era funcional, como lo expresa una primera espada del Clarín, Ricardo Kirschbaum en una nota a la que sólo le falta terminar diciendo "que pedazo de pelotudo que sos".
La denuncia penal que sus dichos han merecido podrá o no comprometer su situación ante la justicia. Pero este obsceno asentimiento de lo que para muchos de nosotros era evidente desde el comienzo empequeñece aún mas la figura de quién surgido como un dirigente del campo popular, va quedando reducido a un traidorzuelo, servidor del "campo" a secas, en la egoísta, retrógrada y reaccionaria concepción del término que definiera uno de sus mandantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario