miércoles, 30 de julio de 2008

LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA RECOMIENDA

HERBICIDAS




INSECTICIDAS












FERTILIZANTES






PRESERVATIVOS

























sábado, 26 de julio de 2008

Adiós Rosario








La idea no es sin duda que Canal 7 sea el vocero del Gobierno ni una reedición del diario de Yrigoyen. Tan solo aspiramos a encontrar en él un medio informativo distinto a los orientados por empresas privadas conciente de su amplia cobertura y de su responsabilidad informativa, formativa y, por supuesto, también como vehículo para el entretenimiento.
El problema es que Canal 7 no ha sido ni una cosa ni otra, y ello ha quedado muy claro durante el cuatrimestre de la ofensiva agropatronal.
Si por un lado toda la televisión comercial se alineó sin deserciones junto a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, exhibiendo una versión unilateral y claramente distorsionante del conflicto, que se convirtió en “la realidad” de los sucesos para buena parte de los argentinos, resultaba deseable poder encontrar en el canal oficial el tañido de una campana distinta, ni sesgada ni parcializada, sino amplia e incluyente de todo lo que había que saber acerca de las retenciones móviles y las consecuencias y los objetivos de su implementación.
Bueno, no ocurrió. Si hubiera que calificar con una palabra la cobertura de Canal 7 del conflicto, creo que esa palabra sería “distraída”. Pudo haber ayudado a tanto compatriota desamparado de información genuina por los mass media, convirtiéndose a través de una cobertura amplia y plural en el eje informativo de los sucesos, pero prefirió una actitud prescindente, de la que podría concluirse que la trascendencia del tema era empardable con la de la Liga Nacional de Básquetbol. Al fin en momentos en que uno buscaba una bocanada de aire fresco entre tanta basura seudoinformativa, era peligrosamente mas posible encontrarse con un triple bien encestado que con una mirada alternativa. O a Juan Pablo Feinmann en medio de un cacerolazo analizando una comedia musical yanqui de los ’50.
A millones de argentinos que nos hemos sentido cercados durante meses por la falta de información y de análisis periodístico confiable, desaparecidos de manera espuria en los medios de difusión convertidos en “house organ” de la Sociedad Rural, de sus aliados y de sus cómplices, a esos millones de argentinos, Canal 7 nos falló. No niego que tiene buenos periodistas y algunos mostraron la otra cara del tema, pero todo fue en cuenta gotas, como ninguneando una coyuntura trascendental.
La frutilla del postre ha sido su incorporación a la alegre caravana de la nadería insustancial post conflicto, cubriendo como simpática nota de color el ingreso del toro Cleto al predio agropatronal.
Por todo ello la partida de Rosario Lufrano de la dirección del canal estatal es una buena noticia. Como responsable de su conducción no ha estado a la altura del compromiso, aunque no parece siquiera haberse dado cuenta. Al fin, en un toque de humor negro señaló que se iba con “los objetivos cumplidos”. A la luz de los resultados, saber cuales fueron esos objetivos, parece un arcano inextrincable.
No se como será la próxima gestión en Canal 7. Sólo me animo a augurar que no podrá ser peor que esta que acaba de concluir.

EVITA






Los Toldos 07-05-1919
Buenos Aires 26-07-1952








ETERNA











viernes, 25 de julio de 2008

Acerca de lemmings y otros mamíferos






Los lemmings son unos pequeños roedores, que habitan en el extremo norte de Europa, en particular en la tundra de Escandinavia.

Pesan alrededor de 100 gramos y miden de 8 a 15 centímetros de longitud. Su pelaje abundante, que los protege de los fríos nórdicos, suele ser colorido. Vegetarianos, se alimentan de hierbas, bulbos y raíces. Permanecen activos durante el frío invierno boreal, lo que los diferencia de otros habitantes de la tundra que hibernan en esa época.

Como la mayoría de los roedores, son solitarios y buscan pareja sexual solo en época de reproducción. Pero a diferencia de otras especies, su línea reproductiva es irregular y caótica. Como resultado de ello su población tiene periódicas explosiones demográficas, seguidas por épocas en la que los lemmings parecen al borde de la extinción. Sus enemigos naturales conocidos son cuatro: el armiño, el zorro polar, el búho, y el págalo de larga cola.

Otra característica notable de estos diminutos parientes de nuestro ratón de campo, ha desvelado a los naturalistas por mucho tiempo: es que los lemmings parecen encarar en ocasiones el suicidio en masa, conducta que no se observa en casi ninguna otra especie terrestre. Justamente en épocas de desbordante expansión poblacional, nuestros pequeños roedores se lanzan por la tundra en verdaderas manadas, avanzando incontenibles hacia los acantilados que bordean los fiordos escandinavos y, arribados a estos, no se detienen, lanzándose al vacio para morir en las heladas aguas del mar del Norte.

La teoría de la conducta suicida ha cedido últimamente, pues estudios más recientes atribuyen este extraño comportamiento a otras causas: sería en realidad la confusión generada por la pérdida del rumbo en el marco de grandes migraciones ocasionadas justamente por la gran expansión de la población de la especie. Lanzados así en un sentido equivocado, al llegar al abismo los de adelante son empujados por la avalancha que viene atrás, y todos terminan despeñándose.


Estamos en condiciones de afirmar que los lemmings no son los únicos mamíferos terrestres con tan extraña como autodestructiva conducta: hay en nuestro país, la República Argentina, otra especie que también se lanza periódica e inconteniblemente al abismo. Se trata de la clase media.

La clase media argentina está conformada por empleados públicos y privados, pequeños empresarios, profesionales, y docentes, entre otros. Habita principalmente en las zonas urbanas de la república, y como especie, se ha ido expandiendo junto con los movimientos inmigratorios que desde fines del siglo XIX y comienzos del XX depositaron en nuestras playas a cientos de miles de campesinos y artesanos europeos desposeídos, dispuestos a “hacerse la América” en estas tierras. Su presencia sirvió de cojinete de amortiguación entre la numéricamente reducida pero poderosa clase dominante, y los criollos de pata al suelo que habitaban estas pampas. Con afán de ascenso social, y voluntad de trabajo, proveyeron la mano de obra e intelectual con la cual se fue perfilando una sociedad distinta a la de otros países latinoamericanos, divididos inexorablemente entre ricos y pobres, con escasas alternativas intermedias. La clase media quedó definida no necesariamente por el nivel de ingresos, sino también por las inquietudes y apetencias culturales.

Una debilidad, de carácter justamente cultural, preanuncia la descripción de su desbarranco: aunque radicalmente distinta en intereses y en posibilidades a las clases dominantes, mayoritarios sectores de la clase media se miraron siempre en el espejo de los poderosos, aspirando a compartir espacios y ser aceptados por estos e imitándolos no solo en hábitos de consumo, mientras les dio el cuero, sino también adoptando sus opiniones.

Fue así que cada vez que en el devenir histórico surgió un gobierno que alentó su expansión, las clases medias lo miraron con desconfianza, y confundiendo sus interés con los de las clases dominantes, las que con razón miraban alarmadas la presencia de movimientos políticos que amenazaran su hegemonía, se dedicaron con entusiasmo a oponerse con mayor o menor grado de intensidad a quienes creaban las condiciones objetivas para su “expansión demográfica”. Fue así que elementos de clase media se sumaron a las corrientes de opinión que limaron primero y tumbaron después al primer gobierno de la historia que gestionó en beneficio la clase media: el radicalismo yrigoyenista. Fue así que en el marco de la mayor expansión del ingreso y del consumo de su historia, la clase media le volvió la espalda al peronismo y aportó cuadros y apoyos a la conspiración que llevó a su derrocamiento. Fue así que cada golpe militar que llevó a una restauración oligárquica contó con una entusiasta claque de clase media. En todos los casos, invariablemente, tras estos golpes, mas o menos sangrientos según el caso, advinieron tiempos de retroceso y miserabilización para la clase media, fautora de su propia desgracia.

El último salto a los abismos de los lemmings argentinos lo vimos en jornadas recientes. Una clase media que en los ’90 pareció al borde de la extinción, recuperada en un tiempo tan singularmente breve como no hay antecedentes en las historia económica mundial, a raíz de la aplicación de políticas públicas contrarias a la ortodoxia enseñada por diversos flautistas de Hamelin, abandonó apenas recuperada de las incertidumbres de la supervivencia diaria toda aquellas inquietud que la llevó a entonar “piquete y cacerola, la lucha es una sola”, y se lanzó decidida a las calles, una vez mas, a defender los intereses de las clases dominantes. A la hora en que debía defender el consumo de los argentinos, decidió cuestionar el botox presidencial. En el momento de optar por la redistribución del ingreso, prefirió apiadarse de pequeños millonarios. Cuando había que pensar en atacar la concentración de la riqueza, prefirió hacer bandera de la lucha contra Louis Vuitton…

Decíamos arriba que al lemming nórdico le son conocidos cuatro enemigos naturales. El número de enemigos de la clase media resulta algo más impreciso, aunque su incapacidad para reconocerlos remeda la actitud de sopor hipnótico del conejo ante la serpiente. Es claro que sí son cuatro las cabezas visibles de la Mesa de Enlace que arreó a gran cantidad de ejemplares de esta especie autoamenazada en las última semanas. Si el titular de la SRA se nos hace el símil del armiño, por las implicancias nobiliarias del animalito y de los blasones de don Luciano, no acertamos en cambio a determinar quien, entre Gioino y Llambías, asume el carácter del búho y cual el del zorro. Aunque el págalo es un animal bastante menos conocido, queda claro que corresponde a Buzzi: al final el que mas puntos en común de los cuatro tiene con la clase media, es el único que se quedó sin compensaciones y al que le dirán “págalo” a la hora de ponerse con las retenciones.

Ignoramos, finalmente, si la clase media se arroja al abismo por tendencia suicida o por incontenible confusión masiva. Sólo nos queda verificar el hecho y aguardar que, haciendo gala alguna vez de la racionalidad que no podemos reclamarle al pobre lemming, deje de saltar a los abismos de su propia perdición.

martes, 22 de julio de 2008

A modo de aclaración.

Las dos notas que anteceden, y con las que empieza su camino este blog, fueron escritas antes del desenlace en el Senado de la batalla por la Resolución 125. Ambas fueron publicadas en el espacio "Comunidad" de Artepolitica.com.

Aunque hoy esta etapa de la embestida llevada a adelante contra el gobierno, por parte de agropatronales y aliados esté cerrada, decidí publicarlas, a modo de presentación de este espacio.

Está claro que fue una batalla perdida. Pero que la historia no termina aquí. Sugiero tenerlo presente, pues es seguro que con la misma convicción, aunque con intenciones opuestas, se preparan para seguir su esfuerzo destituyente los que qusieran volver a los '90. O a 1976. O a 1880, quién sabe. Volveremos sobre esto.
Entre tanto, bienvenidos. Pasen y vean.

De Esta Traición No Se Hablará










En la votación acerca de las retenciones móviles en el Senado, los tres representantes de la provincia de Salta emitirán su voto por la negativa. Defraudarán así el mandato recibido en la ocasión que la Constitución Nacional determina para ello, es decir en el último acto eleccionario celebrado en octubre del año pasado.

No recibirán crítica alguna por ello, en los grandes medios de prensa nacionales, encolumnados sin hesitaciones junto a la escuadra agro patronal. No escucharemos sus nombres ni una sola vez en la radio ni en la televisión, y a ninguno de los conspicuos opinadores que desde la prensa oral o escrita acostumbran laudar acerca de que es democrático y que no le es.

Sus domicilios no recibirán la indeseada visita de republicanos escrachadores, sus direcciones de correo y sus líneas telefónicas no recibirán cientos de mensajes insultantes, mientras que provistos de d’angelianas garantías, podrán circular por las calles de su ciudad, sin el sambenito mediático hoy reservado para los que se alinean con el proyecto político consagrado en las urnas.

El caso salteño merece ser destacado, aunque sea en este modesto blog, pues la prensa no lo hará, por la enormidad del despropósito que significa: en el último acto electoral fueron electos Senadores Nacionales Juan Carlos Romero y Sonia Escudero por el Partido Justicialista con el 49,97% de los votos y Juan Agustín Pérez Alsina por el Frente para la Victoria con el 39,37%. Los que sumados representan el 86,34% de los votos válidos; ambas listas apoyaban a nivel nacional la fórmula Fernández de Kirchner-Cobos que logró así una aplastante victoria en la provincia norteña.

Juan Carlos Romero, el verdugo del monte salteño, hasta entonces multi reelecto gobernador, acompañó la formula K sin duda por conveniencia política y no por convicción, buscando evitar una fuga del voto peronista que pusiera en entredicho sus posibilidades electorales, las que de todos modos quedaron mal paradas con la derrota sufrida por su candidato a sucederlo, Walter Wayar a manos del Juan Manuel Urtubey, que encabezó la fórmula del FPV.

Si desde lo ideológico es indudable que Romero estaba y está mas cerco de candidatos como Rodríguez Saa o López Murphy, y que su mentor es Carlos Saúl Menem, a quién acompañó en la fórmula presidencial en 2003, no es menos claro que el programa al que adhirió, al menos formalmente, al apoyar a Cristina Kirchner es el que hoy está en entredicho en el Senado, y que él traicionará con su voto. De su fiel escudera Sonia Escudero no es posible esperar otra cosa: hizo oposición desde su banca en la Cámara Alta al gobierno de Néstor Kirchner desde 2003.

En definitiva ambos, soportes desde la práctica y desde lo ideológico de la política de los 90: del desguace del Estado, del sometimiento del interés nacional al de los organismos financieros internacionales, de las “relaciones carnales”, de los ajustes en contra de los trabajadores y varios etcéteras mas.

El caso del senador Pérez Alsina, del FPV, patentiza una debilidad política en el armado electoral del frente que llevó a Urtubey a la gobernación: en su afán por vencer al romerismo se aliaron con el Partido Renovador Salteño. Pero concedieron más de lo aconsejable: otorgaron a su conservador aliado la banca en el Senado que debieron reservarse en su calidad de representantes legítimos del oficialismo kirchnerista en Salta. Y el aliado conservador, en la persona de Pérez Alsina, olvida en este trance la plataforma votada y la alianza vigente, y se pronuncia de acuerdo a sus tradicionales e históricos alineamientos vacunos.

En definitiva el reciente voto de 9 de 10 salteños no tendrá voz ni voto hoy en el Senado Nacional, malversado por sus tres representantes que por convicciones ideológicas, afán desestabilizador o pertenencias de clase, votarán en consonancia con las pretensiones de sectores claramente minoritarios en esa provincia.

Y ningún de los grandes medios de prensa dirá que eso es una traición a la democracia.

De Plazas y de Pertenencias



Históricamente, desde los albores de la patria, la Plaza de Mayo fue el ágora argentina, escenario de momentos decisivos de la vida nacional.

Desde aquel 22 de mayo de 1810 cuando French y Beruti hicieron el trabajo de filtrado para dejar pagando a la “gente decente” convocada al Cabildo Abierto, lo que terminó siendo decisivo en la caída del virrey Cisneros y en el subsiguiente trabajoso comienzo del derrotero que nos llevaría a ser una Nación independiente, la Plaza fue además escenario y testigo de pronunciamientos populares.

Fue, por supuesto, el ámbito donde irrumpió súbitamente, para sorpresa de muchos, el “subsuelo de la patria sublevado” que dijera Scalabrini, el 17 de Octubre de 1945, marcando el definitivo encuentro del pueblo argentino con un liderazgo representativo. Fue desde entonces una plaza eminentemente peronista, fuertemente ligada a simbología y liturgias de ese gran movimiento político. Fue cada primero de mayo y cada 17 de octubre, el ámbito de encuentro y regocijo de un pueblo feliz con su líder.

Fue también el ámbito regado con la sangre de mártires el siniestro día del genocida bautismo de fuego de la aviación naval, allá por junio de 1955.

Fue también, y a contramano de su destino, escenario del festejo de los vencedores de setiembre del 55, la únicas vez que el antiperonismo, asumiéndose como tal, festejó algo en ese ámbito.

Fue la Plaza, más sin pueblo, silencioso testigo del triste desenlace de procesos democráticos interrumpidos en reiteradas oportunidades, cuando se llenó de ropajes verdes y de voces y sonidos militares.

Fue multitudinario escenario de un paso decisivo en la tragedia de desencuentros argentinos el 1° de Mayo de 1974 y muy poco después de la despedida de Perón con su pueblo.

Fue el ámbito de la silenciosa génesis de la gesta mediante la cual un grupo de mujeres desarmadas iba a abatir a una dictadura que en su soberbia pensó que eran una “locas”, sin advertir que ese ámbito sería resignificado para siempre por las Madres.

Fue escenario de festejos deportivos politizados, de alegrías que se trocaron en llantos en 1982, de esperanzas frustradas en la Semana Santa de la claudicación alfonsinista.

Fue el espacio donde se ahogaron en sangre y fuego en 2001 no sólo el gobierno de De la Rúa sino un modelo de país destructivo y excluyente.

Fue, últimamente, el lugar de peregrinaje que albergó al pueblo llegado allí para defender a la democracia. A despecho de quienes prefieran ver en las multitudes a desclasados sedientos de coca y hambrientos de choripán, fue y será un ámbito propio para militantes populares que lavan sus patas, pero no sus convicciones en las aguas de su fuente, mas no de prejuiciosos tefloneros, los que mas allá de alguna incursión protegida por la férrea escolta de troskos y asambleístas de San Telmo, prefieren en lo posible no aventurarse mas allá de Callao y Santa Fe.

Si la inminente concentración convocada para el martes en la Plaza de los Dos Congresos establece un nuevo ámbito de pertenencia popular en un lugar profundamente ligado a la institucionalidad, cabe preguntarse si el acto que el mismo día y a la misma hora permitirá a la conducción agropatronal encontrarse con sus aliados tradicionales y con los sectores medios que irán a hacer profesión de fe de su asumida “opción por los ricos”, implica también una novedad en cuanto a la ligazón entre un espacio público y un sector social que lo hace simbólicamente suyo.

Creo personalmente que la elección no pudo ser más acertada. Mucho mejor sin duda que la eventualmente barajada del Obelisco, un lugar céntrico fundamentalmente vinculado con los festejos futboleros, y carente del charmé del coqueto y amplio espacio palermitano.

El mal llamado Monumento de los Españoles, oficialmente denominado La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas, se encuentra a medio camino entre los antiguos Portones de Palermo, antiguamente el acceso a la estancia en la que residía y gobernaba don Juan Manuel de Rosas, y el casco de dicha estancia. Escenario de fuegos de artificio cada vez que se acerca fin de año, los amigos de efusividades espectaculares pero vanas no se sentirán defraudados el martes, cuando por arte de birlibirloque el interés nacional sea empardado con el bolsillo de los ruralistas y la defensa de las instituciones sea voceada por sus históricos violadores. Las oligarquías que cada vez que dejan de detentar el poder formal acusan de desunir a los argentinos a quienes pretendan barajar y dar de nuevo de acuerdo al interés de todos, estarán en un escenario propicio para evocar la marcada tolerancia de sus antecesores que bautizaron con el nombre de Sarmiento al callejón de entrada a la estancia de Rosas y le zamparon la estatua de Urquiza en el sitio donde se levantaba el casco de la misma. Exquisitas muestras de voluntad de unión de los mismos que concretaron su obra maestra levantando el monumento a Lavalle en el solar donde se erigía la casa de Dorrego, el mandatario al que él asesinó.

Fue además escenario del Congreso Eucarístico Internacional de 1934, organizado en plena Década Infame por el fraudulento presidente Justo, con la participación del hitlerjugend Eugenio Pacelli, futuro soberano del Vaticano, qué sirvió de misa de esponsales entre la Iglesia y la oligarquía gobernante, hasta entonces exponente de una liberal irreligiosidad.

Es probable que estas disquisiciones históricas sean desconocidas para la mayoría de los concurrentes a esa asamblea, y que quizás no puedan ligar ese pasado con este presente. Pero creo que la mas palmaria prueba del acierto en la elección del lugar para el acto de fe agropatronal no podrá escapar a la percepción del mas distraído: el monumento junto al que se levantará el escenario desde el que se efectuarán las deposiciones vacunas, desde el que se hará grito en mil voces la proclama d’angeliana de “El lomo costará en esta patria 80 pesos el kilo o la bandera flameará sobre sus ruinas” , se encuentra equidistante y cercano a dos ámbitos de irrenunciable pertenencia para los allí congregados, dos ámbitos que definen opciones ideológicas y culturales de manera indeleble. Son ellos la Embajada de los Estados Unidos de América y la jaula de los gorilas del Jardín Zoológico.